Para entender claramente que es la Enfermedad de Alzheimer (EA) comenzaremos definiendo demencia.

La demencia es un conjunto de alteraciones de las funciones intelectuales superiores (memoria, lenguaje, orientación, entre otras) al que se asocian problemas emocionales y de conducta. La demencia es adquirida y puede ser causada por muchas enfermedades (infecciones, tumores, otras causas); sin embargo, entre las personas adultas la causa más frecuente es la Enfermedad de Alzheimer.

Qué es la enfermedad de Alzheimer?

La EA es un trastorno neurodegenerativo (se degeneran, mueren las neuronas en el cerebro), adquirido, progresivo, crónico y que produce deterioro del funcionamiento de la persona afectada en las áreas personal, laboral, familiar, social.

La EA es la demencia más frecuente y puede durar entre 3 y 20 años a lo largo de los cuales la persona afectada se va deteriorando y también se afectan el cuidador y la familia. Antiguamente a la EA se le conocía como “demencia senil” “ateroesclerosis” “falta de lucidez”.

Su presentación es más frecuente a partir de los 65 años, después de los cuales la prevalencia aumenta; así el 30% de las personas de 80 años y mayores desarrollan la EA, es decir 1 de cada 3 personas. Aún cuando la EA se desarrolla con mayor frecuencia en la adultez mayor, existe el Alzheimer de inicio temprano, donde la presentación se da entre los 30 y 50 años de edad y usualmente se asocia a la presencia de antecedentes familiares.

Características

La EA se caracteriza por tres grupos de manifestaciones importantes:

  • A) Deterioro Cognitivo (de las funciones intelectuales superiores).
  • Con la enfermedad se afectan todas las funciones intelectuales impidiendo que la persona portadora del mal pueda valerse por sí misma, pierde la capacidad para tomar decisiones y desenvolverse en las actividades simples de la vida. A continuación describiremos las más resaltantes.

La pérdida de memoria es una de las características más resaltantes de la EA. Al principio los olvidos son menores, espaciados y son interpretados como parte del envejecimiento. La persona olvida dónde dejó sus llaves, su monedero o el lapicero. Con el tiempo los olvidos se van haciendo más frecuentes e importantes y usualmente referidos a lo inmediato, recordando bien el pasado. La persona portadora del mal se torna repetitiva, pregunta muchas veces lo mismo; olvida lo que acaba de escuchar y/o decir. En estadíos más avanzados no recuerdan ni lo reciente ni el pasado. La persona con EA ya no puede aprender nueva información ni recordar ni entender lo que se le dice y explica una y otra vez.

Alteración del lenguaje. Progresivamente el lenguaje se va perdiendo. Hay dificultad para encontrar las palabras correctas y denominar o expresarse. Durante el curso de la enfermedad el lenguaje se va empobreciendo y además hay dificultad para entender lo que leen, ven, escuchan. Esto hace que muchas veces se aíslen, tornen callados, otras irritables porque “ya no son los de antes”.

Desorientación. Hay dificultad para saber la fecha correcta y aún cuando viven muchos años en el mismo vecindario no pueden ubicar las calles y hay el riesgo de perderse.

Problemas para reconocer rostros. Inicialmente confunden rostros de personas conocidas y luego olvidan sus rostros. Pueden ver al vecino de muchos años y no logran determinar quién es. Cuando la enfermedad avanza, la persona con el mal al verse en el espejo no se reconoce.

Dificultades para ejecutar acciones. A pesar de tener en buen estado la parte muscular y neurológica tienen dificultades para desarrollar acciones. Así por ejemplo ya no podrán manipular correctamente la llave de la cocina, el control remoto del televisor. Pueden ponerse la ropa en el orden incorrecto y los zapatos al revés.

  • B) Síntomas psicológicos /psiquiátricos y trastornos en la conducta.
  • Entre lo más frecuentes están:
  • Depresión. Cerca del 50% de los casos de EA se presentan como depresión (tristeza, pena, llanto, poca comunicación, entre otras manifestaciones). Esto dificulta el diagnóstico pues se cree que es depresión y se deja pasar mucho tiempo antes del diagnóstico y tratamiento correcto. También la depresión puede presentarse poco después del inicio de EA cuando la persona se da cuenta que “ya no es la de antes” que “algo malo le está pasando”. Hay casos en que la depresión se da en el curso intermedio de la enfermedad.
  • Ansiedad. Al ir perdiendo sus facultades la persona portadora del mal se torna ansiosa, preocupada y con el temor que “algo malo le está sucediendo” pues ya no es la misma de antes. El temor a que algo malo le suceda puede acompañarse de conductas particulares como por ejemplo, asegurarse que la persona más cercana y/o cuidador estén siempre a su lado, no querer salir a ninguna parte, ir a cada momento al baño, quejarse de malestares físicos.

Agitación psicomotriz / reacciones catastróficas. Manifestaciones que se producen en respuesta a la deficiencia cognitiva. No saben cómo expresar que se siente aburridos o fastidiados por la sobre o hipo estimulación, entonces gritan, caminan de un lado a otro, insultan y pueden llegar a agredir físicamente. También puede ser que les duele algo o que quieren ir al baño y no saben decirlo. Algunas veces estas manifestaciones pueden ser secundarias a la frustración que sienten por no poder realizar actividades que antes solían hacer como limpiar, ordenar o cocinar.

Creencias y convencimientos falsos. Producto de su pérdida de memoria y dificultades en entender, los portadores del mal al no encontrar sus objetos como dinero u otros, creen firmemente que alguien les robó. Se tornan desconfiados y acusan a los que los rodean, incluyendo seres queridos, de ser las personas que hurtaron sus objetos.

Alucinaciones visuales. Usualmente esto se da en los estadios avanzados de la enfermedad. Relatan ver familiares ya fallecidos con quienes conversan.

Asociadas a estas alteraciones se producen cambios en la conducta alimentaria y también en el sueño. Comen poco en la creencia que ya comieron o al revés. En el día ¨cabecean¨, dormitan, o no quieren hacer actividades y en la noche se tornan muy activos, ¨arreglando sus cosas para irse a su casa¨.

  • C) Dificultades en la realización de las actividades de la vida diaria.
  • Comprende dificultades para realizar actividades de la vida diaria, como asearse, vestirse, conducir, hacer compras, y comer sin ayuda. Las dificultades van de menos a más y usualmente el paciente termina dependiendo de un cuidador para sobrevivir y realizar actividades esenciales de la vida diaria.

 

Fuente | APEAD Asociacion Peruana de Enfermedad de Alzheimer y otras Demencias

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