Diez síntomas que indican estrés y que, si son frecuentes o simultáneos, pueden provocar “serios problemas de salud” en el cuidador.
- La negación de la enfermedad en la persona diagnosticada. “Yo sé que mamá va a mejorar; deben haber cometido un error”.
- El enojo con la persona enferma o perteneciente al entorno. “¡Si me lo pregunta una vez más, voy a gritar!”.
- El alejamiento con respecto a los amigos y a las actividades placenteras. “Ya no me interesa salir ni juntarme con mis amigos”.
- El miedo y la ansiedad ante la idea de enfrentar un nuevo día y el futuro a corto, mediano y largo plazo. “Me preocupa qué pasará cuando ya no pueda cuidarlo más”.
- La Depresión. “Ya nada me importa.”
- El agotamiento que impide completar las tareas diarias. “No tengo fuerzas para hacer nada más”.
- El insomnio causado por una lista interminable de preocupaciones. “Apenas duermo a la noche tratando de escuchar si papá se levantó de la cama”.
- La irritabilidad que provoca cambios de humor, y que desencadena respuestas o conductas negativas. “Me puse a llorar cuando el vendedor me dijo que no le quedaban mis caramelos favoritos”.
- La falta de concentración. “Solía hacer un crucigrama todos los días; ahora con suerte logro concentrarme para terminar algunas palabras”.
- Problemas de salud, tanto mentales como físicos, que empiezan a manifestarse. “Siempre estoy engripada o con algún resfrío”
Novartis