Diez síntomas que indican estrés y que, si son frecuentes o simultáneos, pueden provocar “serios problemas de salud” en el cuidador.

  1. La negación de la enfermedad en la persona diagnosticada. “Yo sé que mamá va a mejorar; deben haber cometido un error”.
  2. El enojo con la persona enferma o perteneciente al entorno. “¡Si me lo pregunta una vez más, voy a gritar!”.
  3. El alejamiento con respecto a los amigos y a las actividades placenteras. “Ya no me interesa salir ni juntarme con mis amigos”.
  4. El miedo y la ansiedad ante la idea de enfrentar un nuevo día y el futuro a corto, mediano y largo plazo. “Me preocupa qué pasará cuando ya no pueda cuidarlo más”.
  5. La Depresión. “Ya nada me importa.”
  6. El agotamiento que impide completar las tareas diarias. “No tengo fuerzas para hacer nada más”.
  7. El insomnio causado por una lista interminable de preocupaciones. “Apenas duermo a la noche tratando de escuchar si papá se levantó de la cama”.
  8. La irritabilidad que provoca cambios de humor, y que desencadena respuestas o conductas negativas. “Me puse a llorar cuando el vendedor me dijo que no le quedaban mis caramelos favoritos”.
  9. La falta de concentración. “Solía hacer un crucigrama todos los días; ahora con suerte logro concentrarme para terminar algunas palabras”.
  10. Problemas de salud, tanto mentales como físicos, que empiezan a manifestarse. “Siempre estoy engripada o con algún resfrío”

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